La papa (Solanum tuberosum) es una planta herbácea anual que crece hasta los 100 cm (40 pulgadas) de alto. Durante el crecimiento de la planta de papa, sus hojas compuestas van preparando el almidón que es transferido posteriormente hacia los tallos subterráneos (o estolones). Estos tallos se engrosan para formar tubérculos cerca de la superficie del suelo. Se pueden llegar a formar de unos pocos hasta 20 tubérculos. El número de tubérculos que llegan a la madurez depende de la disponibilidad de humedad y nutrientes en el suelo. El tamaño y forma de los tubérculos pueden variar y el peso puede llegar a un máximo de 300 gr. (10 onzas) cada uno.
Al final de la temporada de cultivo, las hojas de la planta y los tallos mueren y caen al suelo y los nuevos tubérculos se separan de sus tallos. En ese momento los tubérculos se convierten en lugares de almacenamiento de nutrientes, lo que le permite a la planta sobrevivir el frío para más adelante volver a crecer y reproducirse. Cada tubérculo tiene de dos a 10 brotes (ojos), distribuidos en patrón espiral alrededor de la superficie. De los brotes se generan plántulas que crecen cuando las condiciones son nuevamente favorables.